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Sacerdotes merideños llevaron a cabo sus Ejercicios Espirituales 2025

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En un ambiente de recogimiento y fraternidad, los sacerdotes de la Arquidiócesis de Mérida se reunieron para sus Ejercicios Espirituales 2025, reafirmando su compromiso de configurarse a Cristo en el servicio pastoral

Prensa Arquidiócesis de Mérida

(14-11-2025) Del martes 11 al viernes 14 de noviembre, los sacerdotes de la Arquidiócesis de Mérida participaron en sus Ejercicios Espirituales 2025, un tiempo dedicado a la oración, el silencio y la renovación de la vida interior.

El retiro se llevó a cabo en la Casa Sacerdotal Inmaculada Concepción, espacio que además vivió un momento especial con la bendición de su nueva capilla durante la jornada del martes.

Este año, la predicación estuvo a cargo del Fray José Suárez, fraile franciscano conventual residente en Mérida, quien expresó la alegría de haber sido llamado a acompañar espiritualmente a los presbíteros de la arquidiócesis. Para favorecer un clima de discernimiento, los sacerdotes fueron organizados en cuatro grupos, según los años de ordenación.

Fray José explicó que la predicación se dividió en dos grandes temáticas adaptadas a estos grupos.

Para los dos primeros, se desarrolló una reflexión centrada en la vida espiritual, iniciando con una lectura espiritual del capítulo 3 del Génesis, para luego adentrarse en las enseñanzas de Evagrio Póntico, monje del desierto cuya doctrina ha sido fundamental para la tradición espiritual cristiana.

En el segundo ciclo, dirigido al tercer y cuarto grupo, los temas profundizaron en la pregunta esencial: ¿qué es la vida espiritual y en qué consiste realmente? A partir de textos bíblicos y patrísticos, se meditó sobre el rostro de Cristo como camino de configuración interior para el sacerdote.

Las reflexiones concluyeron con elementos centrales del combate espiritual, recordando que quien emprende la vida espiritual debe prepararse para discernir, mantenerse sobrio y responder con fidelidad al llamado de Dios en su vocación.

Los Ejercicios Espirituales, además de fortalecer la comunión presbiteral, renuevan el compromiso de los sacerdotes de la Arquidiócesis de Mérida de servir con un corazón configurado a Cristo Pastor.